Es habitual que las personas que rentan una casa o departamento se vean limitadas al intentar decorar su espacio. Las cláusulas contractuales generalmente prohíben modificaciones estructurales. Sin embargo, esto no debe desalentar el espíritu creativo.
En carácter de inquilino, un individuo está inhibido de modificar las paredes, pisos y demás detalles estructurales en la mayoría de los casos. Pese a esta imposición, existen diferentes técnicas que de manera sencilla ayudan a mejorar abismalmente el aspecto del hogar.
Agregar color y buen gusto puede ayudar a evitar la monotonía clásica de los ambientes en una casa rentada. Pequeñas macetas o terrarios agregan vida y color a cualquier espacio, además de brindar diversidad de formas y materiales con los cuales es posible experimentar.
Desde macetas de cerámica hasta los más extravagantes diseños trabajados en vidrio la colocación de estos adornos embellece automáticamente una habitación, con el especial toque natural de la tierra, plantas y flores.
Los canastos y cestos aportan una importante cuota de orden. El almacenamiento de revistas, juguetes y todo tipo de cosas es esencial para viviendas con dimensiones pequeñas. Estéticamente los elaborados con mimbre resultan ser muy atractivos y pueden ser pintados fácilmente.
Las altas bibliotecas verticales son especialmente recomendadas para cubrir áreas de la pared que no pueden ser pintadas o donde no es posible colocar estanterías o muebles colgantes. El agregado de libros con portadas de colores variados, apilados convenientemente es una opción elegante y vistosa de darle otra imagen al lugar.
Las pizarras con pie se recomiendan para las habitaciones infantiles. Son un constante incentivo para las actividades intelectuales y artísticas de los más pequeños. Las alfombras son complementos especiales con sobrados beneficios decorativos.
En definitiva, son múltiples las acciones a desarrollar para impedir que una vivienda rentada sea aburrida, sin necesidad de agujerear ni alterar la estructura edilicia.
