Cuando se hace referencia a las tradicionales cocinas francesas inmediatamente se relaciona a las mismas con su elegancia y funcionalidad características, las que le han dado fama a nivel internacional.
Al ser una de las habitaciones del hogar donde mayor cantidad de tiempo se transcurre, es importante resaltar los beneficios mencionados con anterioridad, fieles referentes de una cultura culinaria con una valorada reputación alrededor del mundo.
Basando la decoración en elementos naturales y haciendo énfasis en los detalles elaborados en madera, las tradicionales cocinas francesas tienen tendencia a evocar la era del romanticismo a través de sus paredes y complementos.
Por lo general, las maderas son sólo barnizadas por protección para los tallados y para generar además un mayor brillo a las superficies trabajadas. Sin embargo, con el paso de los años se fue adoptando la idea de pintar con tonos claros los muebles agregando luminosidad y calidez al ambiente.
Al analizar específicamente los accesorios y pequeños elementos utilizados para generar una mayor valoración estética, puede advertirse que es en los detalles donde este estilo alimenta su belleza de forma inconsciente pero cuidada a la vez.
Alternando entre pequeñas cestas de mimbre y otros recipientes para frutas o pan, las cortinas estampadas principalmente con motivos florales, apliques en cobre o plata y algunas imágenes y figuras de animales de granja se completa una decoración muy bien lograda.
Debido a sus orígenes campestres, las tradicionales cocinas francesas son ideales para decoraciones rusticas como las dispuestas en cabañas o casas de campo.
En departamentos o viviendas urbanas, las tendencias han ido cambiando y los pisos más acertados son los blancos o aquellos con tonalidades neutrales.
Vigas de madera rustica en los techos y el contraste con pisos de piedra, cerámica o lajas. Son característicos de una clásica cocina francesa, ideal para reunir a la familia en un cálido y nutritivo espacio.