Las tiendas colgantes tal vez no sean elementos tradicionales, ni siquiera en ámbitos vinculados a la vida al aire libre y los campamentos. Sin embargo su belleza y el reto de habitarlas en lugares elevados, pendientes de las ramas de los árboles le otorgan un encanto inconmensurable, sobre todo a aquellas personas amantes de las nuevas emociones.
Realmente son moradas muy versátiles que permiten a los campistas instalarse en lugares poco comunes, en los que no sería posible acampar con las clásicas tiendas que utilizan el suelo como base. Si sufres de vértigo y anhelas estar rápida y constantemente en tierra firme, es posible que este tipo de productos no sean los ideales para ti.
Las tiendas colgantes abarcan una gran variedad de diseños disponibles. Desde algunas sencillas desde su concepción, con una simple pero resistente base y un pequeño techo protector hasta otras con exquisita forma de burbuja, las que intentan jerarquizar el aspecto de las improvisadas viviendas existen modelos para todos los gustos.
Uno de los principales principios a considerar en el caso de adquirir una tienda colgante se basa en los puntos de anclaje que ofrezca el producto. Generalmente, la suspensión aérea es soportada por tres o más áreas de fijación de la tienda en cuestión. Obviamente, el tamaño condiciona la cantidad de los mismos, al igual que la forma de cada uno de los diseños.
Alejadas de la presencia de animales indeseados como serpientes, insectos terrestres y otras tantas amenazas, las tiendas colgantes son una interesante alternativa para los amantes de la vida al aire libre. Seguramente la visualización de paisajes lejanos y el entorno existente podrán ser disfrutados en su totalidad desde un lugar mucho más elevado en relación a las habituales tiendas a nivel del piso.
Al no estar en contacto directo con el suelo, las tiendas colgantes evitan complicaciones surgidas por humedades, inundaciones inesperadas e incluso superficies hostiles o cubiertas por abundante vegetación.