Encantadores, soñados, basados en personajes clásicos o ambientados de acuerdo al que se encuentre actualmente a la moda, los motivos a seleccionar para decorar dormitorios infantiles son realmente muy variados.
A partir de cierta cantidad de años cumplidos, muchos niños están en condiciones de elegir por cuenta propia la temática de su lugar de descanso, recreación y juegos. El problema se suscita cuando son los padres quienes cargan con semejante responsabilidad.
Para cumplir con el objetivo sin fracasar en el intento es necesario reflexionar por unos minutos acerca de los gustos reales del pequeño. Nada es más placentero para ellos que descansar y disfrutar de un dormitorio en el que sean sus intereses los factores predominantes para establecer la decoración.
En el caso que posea algún tipo de colección como pueden ser monedas antiguas, calendarios, latas de refresco u otros elementos es de suma importancia dejar un espacio liberado para que pueda exhibirla. De esta forma se consigue que el niño se sienta aún más identificado con su cuarto.
Por otra parte, si es ferviente admirador o se deleita con algún personaje en particular no es necesario invertir una fortuna en motivos relacionados al mismo. Con pequeñas impresiones o films adhesivos es suficiente para colmar su gusto sin comprometer demasiado la integridad y los colores de base que poseen las paredes.
Recordar que los niños crecen y los gustos cambian es una idea que siempre debe tenerse en cuenta. Con el tiempo, los padres se darán cuenta que siguiendo ese principio se puede ahorrar mucho dinero evitando decoraciones transitorias.
Las frases motivacionales plasmadas en los muros son también muy bien aceptadas. Está además psicológicamente comprobado que palabras de aliento en tamaños y colores adecuados son reconfortantes y ayudan a los más pequeños a reforzar su autoestima y crear una personalidad más segura de sí misma.
