La decoración cubana, sobre todo en épocas previas a la Revolución, se caracterizó por recrear imágenes y motivos tropicales signados por el lujo y la ostentación.
Su calidez innata y la destreza de los decoradores de antaño para integrar elementos naturales y detalles vintage a cada espacio le han dado una reputación internacional digna de su originalidad y buen gusto.