Las combinaciones de colores pueden otorgarle a la decoración dos resultados concretos: una genialidad por su belleza o un desastre que no puede pasar desapercibido. En el caso del rosado y negro generalmente se obtienen ambientaciones exquisitas, ideales para el deleite estético por tratarse de un color seductor y femenino como el rosa en contraste con la más oscura de las tonalidades.
El sentido festivo del rosado es innegable, iluminando y colmando de ternura cualquier habitación. Al combinarse con negro, sus virtudes estridentes realzan su aspecto y rompen con la monotonía, significada en el oscuro entorno negro.