En muchas ocasiones la rutina diaria y la convivencia con el entorno genera aburrimiento y saturación. Es necesario por este motivo desarrollar algunas técnicas tendientes a evitar el estrés en el hogar.
La vivienda debería ser, por la sencilla razón de estar adaptada a las necesidades propias de los moradores, un santuario de descanso y relajación donde las obligaciones laborales y la vorágine cotidiana queden completamente excluidas.