No es una tonalidad demasiado conocida por su propio nombre. A menudo, algunas personas suelen confundirlo con el llamado lavanda o en algunos casos incluso se lo menciona como un «violeta oscuro». Lo cierto es que el color índigo tiene su propia esencia, con marcada presencia y diferentes variables en relación a los efectos que provoca al ser utilizado en habitaciones de distintas características y estilos de diseño.
Conocido también por muchos como añil, su impacto al ser incorporado en un espacio a manera de adorno es espontáneo. Al tener la virtud de contrastar con fondos claros y oscuros de modo indiferente, las oportunidades de ser elegido por decoradores profesionales o moradores entusiastas son muchas.