Indudablemente, son un clásico de cada año desde épocas remotas. El follaje, la elegancia de su forma y la integración entre el verde de sus ramas y los coloridos adornos que se colocan es algo estéticamente fascinante. Sin embargo, en lugares reducidos o simplemente con el objetivo de generar distintas opciones, te ofrecemos lo que damos a llamar árboles de Navidad que no son árboles.
Pese a ser un juego de palabras algo intrincado, se trata nada más y nada menos que de maneras distintas de representar al clásico objeto que suele ser centro de atención en cada una de las festividades navideñas. Sin necesidad de contar con árboles reales o ráplicas que requieren de demasiado espacios, he aquí algunas originales ideas.