Sótanos

Generalmente los sótanos son, en la imaginación colectiva de las personas, lugares oscuros, húmedos y agrietados. En realidad, en muchos casos la realidad supera a la imaginación y los mismos propietarios no logran cambiar esa tendencia.

La dificultad de decorarlos radica fundamentalmente en el poco espacio existente, sobre todo por la altura de los techos. Por suerte, existen casos que evidencian que colocando una adecuada iluminación, brindando un poco de pintura a las paredes y algunos detalles específicos se pueden lograr grandes resultados y obtener un hermoso ambiente.

La escasez de luz natural debe ser el primer escollo a superar. El hecho de la baja altura que generalmente presentan los techos resulta una complicación. En estos casos, lo ideal es colocar dos o tres lámparas cuyas luces se proyectan hacia arriba, provocando una sensación de amplitud. Sumado a esto, pintar el techo de un color más claro que el de las paredes ayudará notoriamente haciéndolo parecer más alto que lo real.

Las paredes también deben ser pintadas con colores claros pero con una tonalidad más oscura que el techo, justamente por lo que se explicaba con anterioridad. Por otra parte y teniendo en cuenta la humedad que presentan estos ambientes, es recomendable evitar los pisos de madera para evitar su deterioro.

El principio fundamental en el decorado de un sótano es crear la mayor altura posible y desviar la mirada hacia el techo. Una gran manera de dar esta sensación es colocar adornos colgantes que tengan la dimensión necesaria para pender del techo pero sin molestar la normal circulación de personas.

En algunas ocasiones los sótanos tienen pequeñas ventanas. Las cortinas confeccionadas con tela fina o transparente resultan ser un interesante recurso decorativo, brindando color al lugar. Junto con los adornos, pisos laminados y lámparas con un toque artístico brindarán color y contrastarán perfectamente con la monotonía de paredes y techos con acabados neutros.