El sótano de un hogar puede presentar dos realidades totalmente diferentes. En el caso de un mantenimiento adecuado y una esmerada decoración puede ser un nuevo y provechoso espacio.
Por el contrario, la existencia de humedad puede frustrar hasta al más esmerado y optimista de los moradores. Los daños originados por la humedad y el moho pueden tornarse serios, privando a las personas de un productivo y funcional uso de ese sector.
Lidiar con este problema puede resultar traumático, por lo que es ineludible realizar las pertinentes tareas que permitan solucionar o, mejor aún, prevenir cualquier tipo de complicación que pueda surgir de la presencia de humedad en el sótano.
El principal inconveniente es ocasionado por lluvias y posibles fugas de agua. Las manchas de humedad son un síntoma y deben ser tomadas como tal. Evaluar la ubicación de las grietas generadas ayuda notablemente a picar inútilmente los muros.
Si las mismas se encuentran en las paredes que no dan directamente al exterior es prácticamente una certeza que la humedad es originada por una rotura en las cañerías de agua o los desagües propios de las instalaciones domiciliarias.
Si por el contrario, las paredes que limitan con el exterior son las que muestran síntomas, el inconveniente irremediablemente se solucionará sellando las paredes con capas impermeabilizantes.
Las ventanas son fundamentales para permitir el ingreso de los rayos solares, mejorar la circulación de aire y minimizar las consecuencias de la humedad en el sótano. Sin embargo, suelen ser causantes de las filtraciones si no han sido instaladas correctamente.
Para evitar gastos innecesarios y no desperdiciar esfuerzos, comprobar que el sótano esté eficientemente sellado las manchas de humedad completamente combatidas es un requisito inalterable.
Una vez que el sótano cumpla con esos mínimos requisitos será, sin dudas, un espacio a disfrutar, dejando de ser solamente un oscura, húmedo y abandonado lugar para el almacenamiento de cosas.