Las viejas escaleras son generalmente abandonadas en galpones desechando completamente un gran potencial decorativo que muchas personas desconocen.
La reutilización de estos elementos es una realidad que puede concretarse por medio de simples métodos maravillosamente embellecedores.
Directamente se trata de reciclados que no necesariamente precisan de un complejo proceso, siendo fácilmente integrados a distintas habitaciones de la casa. Una pequeña escalera domestica de cuatro patas puede perfectamente adecuarse con pintura cromada y servir de exhibidor para adornos.
Los zapatos siempre significan un dolor de cabeza al momento de ser almacenados. Exponer los mejores pares en una escalera causa un efecto piramidal muy atractivo, aportando además una cuota importante en el resguardo del orden general de una habitación.
Tal vez con menos virtudes decorativas pero con una abrumadora funcionalidad, una vieja escalera pude servir como tendedero para la ropa. El espacio que ocupa es significativamente menor al que demandaría un tendedero común.
El cuarto de baño es otro ambiente en el que una escalera en desuso puede volver a cobrar vida mediante una mínima restauración. Es verdaderamente novedosa y elegante la colocación de toallas y accesorios de higiene personal.
Colocando varias toallas ubicadas cada una en un peldaño se logrará simular un bastidor, priorizando completamente el aprovechamiento de espacios. Generalmente los baños son habitaciones pequeñas donde el aprovechamiento del espacio es un invaluable capital.
Las utilidades de una vieja escalera también son ilimitadas en espacios al aire libre. Aprovechando sus características originales, son ideales para la colocación de macetas, formando rápidamente un pequeño jardín vertical.
Un jardín para sentirse pleno requiere de la visita y el canto de pájaros. Y es utilizando cada peldaño de la vieja escalera como base para colocar alpiste y agua la manera más apropiada para incentivar la interacción de las aves con el espacio verde.