Analizado, estudiado y compartido por los más grandes decoradores de todo el mundo, se sabe a ciencia cierta que existen algunos principios básicos a aplicarse siempre en cualquier tipo de ambientación.
En este primer post relacionado con este tema, se hará mención a algunos de éstos, detallando específicamente de qué manera aplicarlos a los proyectos programados para cambiar el aspecto del hogar.
Cuando se trabaja en el diseño de interiores se considera a una vivienda en su totalidad, integrando cada habitación con el resto por medio de los pasillos y escaleras existentes. Utilizar el mismo tema para la totalidad del hogar garantizará uniformidad y coherencia en las decoraciones.
El equilibrio es fundamental para una decoración acertada. Existen tres tipos diferentes: simétrico, asimétrico y radial. El primero es constante en ambientes tradicionales y básicamente consiste en repetir objetos de un lado y del otro de la habitación para mantenerla equilibrada en cuanto a los adornos colocados.
El asimétrico, por su parte, es un tipo de equilibrio que se consigue con algunos objetos diferentes de un alto atractivo visual. Es una manera informal de decorar, aunque revista mayor complejidad en la ejecución. La asimetría está vinculada al movimiento y, por ende, a estilos más modernos y funcionales.
Por último, la simetría radial se enfoca en centrar un objeto decorativo como el más importante y completar la decoración en torno al mismo. Los puntos focales o elementos centrales deben llamar la atención y ser suficientemente interesantes como para despertar la curiosidad de los visitantes por descubrir más en el ambiente.
En el caso de que los puntos focales no se manifiesten naturalmente por medio de elementos tales como una chimenea, una escultura o columna central, puede crearse uno; siempre y cuando no acapare la completa atención ni desentone con las características generales de la habitación.