Los platos de ducha son losas fabricada en distintos materiales como gres, acrílico, carga mineral o piedra natural que se instala en el suelo de la ducha y que actúa como aislante contra filtraciones de agua y la conduce hasta el desagüe.
Poco a poco los platos de ducha se han ido normalizando su uso en el cuarto de baño. Las ventajas son muchas, puesto que ocupa menos espacio que la bañera, hay gran variedad de tamaños… A nivel estético suele dar un toque más moderno al cuarto de baño. En la actualidad cada vez surgen nuevos modelos con materiales más resistentes y fáciles de limpiar.
Una de las tendencias más importantes en la actualidad son los platos de ducha de pizarra en diferentes tonos. Así como series en distintos tamaños para adaptarse mejor al espacio.
A la hora de adquirir platos de ducha deberás tener en cuenta, en primer lugar, las dimensiones de tu baño. Para espacios de menos de 3,5 m2 las formas recomendadas son la de cuarto de círculo y cuadrada. Para baños con tamaños superiores puedes optar, además de los anteriores, por platos de forma rectangular.
Una vez seleccionada la forma que mejor se adapta a la superficie de la que dispones, tienes que elegir el material con el que está fabricado, atendiendo a tus necesidades en la zona de ducha. Si buscas facilidad de acceso, un material totalmente antideslizante con un tacto cálido, el material que te proponemos es la piedra natural. Si además de estas características, buscas un plato resistente a los golpes el material ideal es la carga mineral.
Tipos de platos de ducha
En función de los materiales, podemos distinguir básicamente tres tipos de platos de ducha:
– Platos de ducha de cerámica. Fabricados con arcilla, feldespato y arenas silíceas. Son la solución más económica. Ofrecen gran resistencia a los productos químicos, ya que su color no se torna amarillo por la acción de estos. Sin embargo, tienen dos inconvenientes que dificultan su instalación: su elevado peso y su fragilidad.
– Platos de ducha de acrílico. Están compuestos por una capa externa acrílica y otra interna de fibra de vidrio o poliuretano. Internamente cuentan con un refuerzo de aglomerado de alta densidad que le otorga más robustez a toda la superficie, evitando que el plato se deforme con el peso; en algunos casos este refuerzo se hace extensible a los cantos o bordes (permite que no se deforme si se coloca una mampara).
Frente al tradicional plato de gres ofrece una mayor resistencia a los golpes y una mayor superficie antideslizante. Es el de menor peso, lo que facilita su instalación. Cuando compres un plato de ducha acrílico asegúrate de que cumpla la normativa 249 de la UE que garantiza la máxima calidad y que cuenta con una etiqueta con información sobre su mantenimiento.
– Platos de ducha de carga mineral. Internamente está compuesto por una masa formada en un 70% por mármol y resina y en un 30% por otros componentes. Esta masa va recubierta por una capa de laca, pintura o gel coat (el más antideslizante de los tres). En ocasiones se pigmenta la capa interna para que ofrezca el mismo color que la superficie. Son extraplanos: tienen un grosor que ronda los 3 cm. Esta característica hace que se puedan instalar a ras de suelo, facilitando el acceso a la ducha.
– Platos de ducha de piedra natural. Como pizarra, mármol, granito o cuarcita. Con características muy similares a los de carga mineral, son menos resistentes a los golpes y tienen un tacto más frío que éstos.
En resumen
– Con los platos de ducha tendrás más espacio en tu baño y ahorrarás en el gasto de agua si lo comparas con una bañera.
– El tamaño de tu baño determinará la forma que debe tener los platos de ducha. Para un baño con una superficie menor a 3,5 m2 te recomendamos los cuadrados y de cuarto de círculo. Para un tamaño mayor, puedes elegir también un modelo de forma rectangular.
– En función de otras características como la accesibilidad o la resistencia a los golpes puedes optar por distintos materiales como cerámicos, acrílicos, piedra natural o carga mineral.