Placas calefactoras

El calor de un hogar es esencial para crear un ámbito ameno, propio de un lugar acogedor. Desde tiempos remotos, paliar el frío dentro de una vivienda ha sido un desafío para las personas, modificándose y avanzando tecnológicamente por medio de cada nuevo método.

Los hogares a leña, por ejemplo, han sido un clásico que no sólo brindan el calor deseado; sino que además ofrecen características visuales elegantes y decorativas, transmitiendo sensaciones de manera prácticamente instantánea.

Lamentablemente y en dirección contraria a los hogares, las características edilicias están cambiando sus estructuras, en las que pequeñas habitaciones o instalaciones reducidas como departamentos o pequeños loft han tomado total preponderancia.

Con características diferentes pero mayores beneficios generales, las placas calefactoras han irrumpido en el mercado y prometen quedarse por mucho tiempo. Estos pequeños paneles son muy fáciles de instalar y significan un consumo eléctrico ínfimo, dependiendo de la marca que se adquiera.

El sistema genera calor infrarrojo, evitando la presencia de combustión sin viciar el ambiente. De esta manera, la calefacción evita dañar la piel y consumir el oxígeno. De acuerdo a lo manifestado por diferentes fabricantes, este tipo de calor mejora el flujo sanguíneo, disminuye la fatiga y elimina hongos y bacterias.

Esta nueva tecnología actualmente ha incorporado la Turmalina, un mineral que produce iones negativos generando efectos vigorizantes, purificación del aire y, según algunos testimonios, reduce el estrés y la depresión. La utilización de la Plata como segundo componente de las placas realiza el trabajo de purificación natural, esterilizando la atmósfera.

Desde el punto de vista estético, las bondades son absolutas. La fácil instalación, a través de cuatro tornillos, sin dañar demasiado los muros y la posibilidad de dar color a las placas con pintura aportan una importante ventaja decorativa para cualquier ambiente. Por todas las características que presentan, puede considerarse a las placas calefactoras una cálida inversión.