Muchas veces al decorar un espacio con un motivo o predeterminado o para alguna celebración en especial se suelen tener en cuenta los adornos y accesorios a utilizar, restándole importancia a la pintura aplicada en las paredes.
En el caso de Halloween, existen técnicas que sirven para lograr una diferente e impresionante visión, generando la sorpresa y el encanto de los visitantes.
Obviamente, esto genera un elevado costo en el caso de realizar la ambientación tan sólo para Halloween; ya que para volver los muros a su estado natural es necesario pintarlos nuevamente, con todos los gastos que esto significa.
Una de las principales técnicas consiste en trabajar con sombras de personajes en distintos colores. Para darle homogeneidad al espacio se recomienda crear un fondo generalizador, que puede ser logrado con árboles y plantas pertenecientes a un bosque o las paredes de un castillo, por brindar algunos ejemplos.
Las paredes negras son todo un clásico, inclusive utilizadas por distintos estilos decorativos tienen la ventaja de poder seguir siendo utilizadas una vez finalizadas las celebraciones. Algunas cuentan con pequeños puntos plateados o dorados incorporados, brindando un aspecto mágico y misterioso.
Copiadas de las más taquilleras películas de terror, las paredes sangrantes cuentan con muchos adeptos. El secreto para un convincente pintado se centra en la manera de aplicar la pintura.
Obviamente con color rojo sangre, es necesario salpicar con el pincel una pared blanca, para que el efecto se destaque aún más. Presionando en algunos sectores, con el pincel totalmente cargado para permitir que la pintura se deslice mediante diferentes líneas, se logran resultados increíbles.
Otro motivo utilizado con menor frecuencia pero con una particular originalidad es el que contempla el pintado de líneas verticales en blanco y negro, representando la antigua vestimenta de los presos. En este caso es recomendable agregar apliques o dibujos a mano alzada de detalles ayuden a reforzar el concepto.
