Paredes de gresite

Las paredes de gresite han conseguido cambiar la decoración por su belleza estética. Tradicionalmente se ha utilizado para baños y cocinas, pero también puede encajar en cualquier habitación si somos capaces de usarlo correctamente. Revestir las paredes de gresite no resulta sencillo, pero en los centros de bricolaje tenemos la opción de encontrar pequeñas teselas, que vienen en forma de planchas unidas con papel, puntos de PVC o malla textil.

Además de la alta resistencia a diversas condiciones climáticas, las paredes de gresite destacan por otras ventajas. Dado que está conformado por azulejos pequeños -por lo general son cuadrados de 3 o 4 centímetros de lado-, permite realizar diseños especiales en las paredes o en los suelos donde se coloquen. Esto se aplica en formas o motivos que se diseñan alrededor del espejo del baño, en cenefas o dibujos en las piscinas.

Respecto a la limpieza, esta resulta una tarea sencilla cuando las pequeñas piezas forman parte de una única baldosa denominada tesela. No obstante, en ocasiones, es posible que ocurra justo lo contrario. Cuanto menor sea el azulejo, mayor será el número de juntas, un aspecto que dificulta la limpieza. Si las paredes de gresite se colocan en una estancia donde se acumule humedad, es más fácil que las juntas se ennegrezcan y se conviertan en un posible foco de moho.

Las paredes de gresite son uno de los revestimientos más onerosos del mercado. En grandes superficies, los precios más bajos del gresite parten desde los 9 euros por metro cuadrado y pueden superar los 40. A esa cifra habrá que añadir -salvo que la instalación la realice la propia persona interesada- el coste de la mano de obra, que tampoco es barato. La tarea consta de tres partes: preparación de la superficie, colocación de las piezas y «enlechado» de las baldosas. Esta última tarea consiste en colocar la masa fina de cemento que une las diferentes piezas cerámicas.

El gresite es un tipo de revestimiento cerámico que se comenzó a emplear en piscinas y  que, además, es muy resistente a condiciones físicas y químicas adversas porque no se compone de arcillas cerámicas. Poco a poco se ha ido introduciendo en nuestros hogares cada vez mas sobretodo en baños y cocinas obteniendo grandes resultados generalmente conformando bellas paredes de gresite modernas.

La pared donde vamos a colocar el gresite debe estar perfectamente limpia, sin restos de polvo ni grasa, para que se adhiera perfectamente. La superficie debe estar lisa y nivelada, si no es así, hay que colocar una mezcla niveladora antes y dejar secar muy bien. Si tiene fisuras, se deben reparar con yeso o enduido y una espátula, presionando para que el material entre hasta el fondo de las mismas.