Una de las celebraciones más importantes del año permite a los moradores adaptar sus decoraciones hogareñas en base a gustos y preferencias. En este caso nos centraremos en algunas modernas ideas que establecen el principio de la Navidad blanca, la que centra su temática en el uso de elementos carentes de los tradicionales colores para darle paso a la combinación de las tonalidades neutras con destacados brillos.
Plata, dorado y otros de metalizado origen son los agregados que utilizan al blanco como principal base de fondo para generar ambientes modernos e innovadores pero sin dejar de hacer clara alusión a los festejos de la especial jornada de diciembre.
Una de las tendencias de la llamada Navidad blanca integra grises, blancos y adornos en plata. Es esa combinación la que origina una especial escena en la que la calma juega permanentemente con el encanto del brillo de objetos metalizados y la incorporación de las luces de las velas.
Los tonos azules metalizados son verdaderamente perfectos para que una Navidad blanca no renuncie definitivamente al encanto que representan los colores. Un ambiente con la escena principalmente blanca y adornos esmerilados como complemento puede resultar en una habitación elegante, alegre y colmada de buen gusto.
Una Navidad blanca adquiere la magia a través de los detalles que se vayan incorporando al decorado, provocando así una percepción y admiración aún mayor de cada objeto que integre la escena general de la habitación, que será ambientada con la temática navideña seleccionada por los moradores.
Entre los mencionados detalles con los que debe contar una Navidad blanca para lucir fantástica, indudablemente los apliques en dorado no pueden estar ausentes. También siendo muy utilizado en otras decoraciones más tradicionales con los colores verde y rojo como principal atractivo, el dorado es perfecto para contrastar con la neutralidad representada a través del blanco.