Generalmente es una tela vinculada a la confección de prendas de vestir y accesorios como mochilas o morrales. Sin embargo en otras épocas se ha utilizado para tapizar sofás; tendencia que nuevamente ha recobrado auge en los últimos meses. La referencia es valedera para todo tipo de muebles con corderoy.
Fabricados originalmente con este rústico material o cubiertos con fundas especialmente adaptables para cubrir viejos mobiliarios ya no solo se ofrecen en colores clásicos, los que se caracterizaban por ser algo apagados, ya que la reaparición se centra en nuevas tonalidades.
Más allá de algunos beneficios especiales de los muebles de corderoy como los mínimos cuidados y tareas de mantenimiento que el material exige y su adaptabilidad a la temperatura existente en el ambiente, los mismos garantizan una inmediata actualización del aspecto de las salas principales o espacios donde puedan ser incorporados.
Si bien lo ideal es adquirir muebles que hayan sido originalmente con corderoy, la adaptabilidad de las fundas se ha ido perfeccionando y las actuales disimulan perfectamente arrugas y todo tipo de aspectos negativos al utilizarse como cobertores, respetando el diseño original de cada pieza.
Al ser un material sumamente resistente, los muebles con corderoy pueden proteger perfectamente de forma temporal algunos sofás o sillones que estén fabricados con cuero original o materiales más costosos; sobre todo ante la convivencia con niños o mascotas. Es una excelente opción que además respeta completamente el sentido de la estética y buen gusto de cualquier habitación.
Otro beneficio fundamental que no siempre es considerado al adquirir mobiliarios o fundas y cobertores, es que los muebles con corderoy pueden ser lavados con facilidad sin afectar el color original de los mismos. Incluso, las fundas pueden ser extraídas de los muebles y ser sometidas al proceso de lavado de lavarropas automáticos sin riesgos adicionales por roturas de la prenda.
