Las distintas soluciones para iluminar los jardines y espacios exteriores en general abarcan una gran cantidad de posibilidades a considerar. Existen las que necesariamente dependen de la energía eléctrica y otras que simplemente funcionan con velas y otros métodos que utilizan el fuego como epicentro de la luz. En este post en especial queremos hacer referencia a aquellos elementos que cumplen la función pero desde otra área, nos referiremos exclusivamente a las lámparas acuáticas.
Indudablemente una buena iluminación es un gran aporte para hermosas decoraciones dispuestas al aire libre. La conjunción del agua con los elementos lumínicos genera además una atmósfera única, sensual e innovadora.
Las primeras lámparas acuáticas que queremos compartir son las llamadas Moonlight. Se trata básicamente de resistentes e impermeables globos que propagan una brillante luz. Los mismos flotan suavemente sobre la superficie, dejándose lentamente ser trasladados por los pequeños movimientos que puede experimentar el agua de las piscinas o estanques.
Dispuestos en dos medidas diferentes, exactamente veinticinco y setenta y cinco centímetros de diámetro, son ideales por su escasa necesidad de mantenimiento, sobre todo si se considera su resistencia a la exposición de rayos solares durante el día. El material con el que están construidas estas formidables lámparas acuáticas es plástico duro de importante espesor, prolongando así su vida útil.
Imitando el clásico diseño de los veladores para dormitorio, el diseñador Héctor Serrano desarrolló el concepto de unas hermosas piezas que cumplen a la perfección su función de lámparas acuáticas. Al igual que el modelo anterior, el material es plástico duro de excelente calidad y sobre todo muy resistentes.
El exquisito diseño y la refinada terminación de cada pieza provocan ineludiblemente una relajante atmósfera, invitando a las personas presentes a disfrutar de una hermosa exhibición de lámparas acuáticas durante las reuniones a realizarse al aire libre en horarios nocturnos.
