Generalmente se trata de elementos que se instalan en sectores exteriores y disfrutados preferentemente en verano o primavera, épocas en las cuales el calor y las agradables temperaturas permiten explotar los beneficios de los espacios verdes al extremo. Sin embargo, en este caso hacemos alusión a las innovadoras hamacas de invierno.
Mostrando nuevamente la increíble velocidad con que la tecnología aplicada a las cosas simples avanza permanentemente, dos estudiantes han creado una maravillosa hamaca mecedora que por el propio de su uso logra tejer un gorro de lana mientras la persona disfruta al sentarse y mecerse en su lugar.
Es que las maravillosas hamacas de invierno, llamadas así por el resultado de su producto, crea cada gorro a través del propio movimiento que genera la energía cinética, suficiente para que un aparato diseñado especialmente e integrado a la hamaca realice la tarea mencionada con anterioridad.
Los creadores de estas llamadas hamacas de invierno son Lausanne Damien Ludi y Colin Peillex, estudiantes de la Universidad de Arte y Diseño de Suiza conocida popularmente como ECAL. Aprovechando el vaivén propio de la hamaca al mecerse, unos engranajes comienzan a trabajar por encima de la cabeza del ocasional usuario, extrayendo la lana necesaria de modo mecánico desde debajo del asiento.
Si bien se trata de una ingeniosa manera de relajarse de modo productivo, es inevitable hablar de cierto grado de rareza al analizar los beneficios y las contras de las hamacas de invierno. Más allá de generar un producto utilizable, seguramente muchas personas se pueden llegar a sentir algo incómodas al hamacarse y notar un mecanismo que está trabajando junto encima de su cabeza.
La creatividad de los diseñadores de las hamacas de invierno es algo incuestionable, siendo el propio mercado el que apruebe y acceda a su adquisición o simplemente desestime la idea por tratarse de algo completamente extraño para la mayoría de las personas que disfrutan de un momento de relajación en la mecedora.
