Con motivo de la culminación de un período y con la ilusión de recibir un nuevo año colmado de esperanzas es probable que mucha gente se reúna en un mismo lugar para iniciarlo de manera colectiva. Y qué mejor que hacerlo a través de una verdadera fiesta temática.
Al ser una celebración más relajada e independiente que otras más tradicionales, una fiesta de año nuevo permite decorar libremente, sin depender de puntos referenciales que sean infaltables. Se trata simplemente de establecer el objetivo de la fiesta temática.
El espacio disponible para realizar la fiesta es un condicionante ineludible a la hora de comenzar a diagramar la ambientación general. Solo cuando se sabe a ciencia cierta las habitaciones y dimensiones destinadas a los festejos es posible comenzar a imaginar una adecuada decoración.
Por otra parte, al ser una fiesta relajada y divertida, es posible reutilizar algunos elementos que hayan servido para animar acontecimientos anteriores como Halloween o Navidad. Algunos objetos y elementos pueden ser de mucha utilidad y no están necesariamente identificados con una sola celebración.
Con el fin de compartir algunas prácticas ocurrencias, a través de Decoracionia sugerimos dos grandes y llamativas ideas para desarrollar una fiesta temática que sirva para despedir un año y darle la bienvenida a otro.
En el primero de los casos, el objetivo se centra en la utilización excesiva de relojes en un mismo salón. Modernos, antiguos, coloridos, opacos, neutros; todos sirven y aportan su sentido estético.
Sincronizando perfectamente todos los relojes y programando las alarmas para las cero horas del nuevo año harán un estallido de sonidos que significarán el real inicio de la celebración. Una idea que animará a todos los asistentes.
En una decoración más íntima y emotiva deben tomarse como pizarras cada una de las paredes y dividir el año en tres cuatrimestres, uno por pared, donde se compartirán fotos familiares y hechos significativos correspondientes a cada etapa del año que se despide.
