Los estantes flotantes sirven tanto para guardar elementos cuando hay falta de espacio para colocarlos como así también para decorar una pared que se ve vacía y en la que se pueden colocar algunos adornos en los estantes. Hay diferentes modelos de estantes flotantes y se pueden elegir diversos colores para variar y cambiar el aspecto del interior del hogar.
Los estantes flotantes ofrecen como ventaja que no se observan las ménsulas, permiten elegir la distancia entre cada flotante como también la profundidad de cada uno de ellos.
La profundidad del estante varía según el sector de la casa en lo cual lo colocamos. En un baño puede estar bien con estantes de hasta 20 centímetros ya que se guardan objetos más chicos mientras que en una biblioteca pueden ser de hasta 22 centímetros. Los estantes flotantes también pueden resultar útiles como mesa de luz en una habitación, por lo que ahí necesitaremos de unos 30 a 40 centímetros de profundidad.
Los estantes flotantes más ideales para emplearlos en la decoración son los que vienen en formato cubo. Estos flotantes se los pueden encontrar en el mercado y vienen terminaciones en laca poliuritánica y también enchapados en madera. Se los puede encontrar en cedro, cedrillo, roble americano, nogal y fresno natural, entre otros.
Hay que tener en cuenta al momento de la colocación del estante flotante el peso que va a soportar para el material con el que se va a clavar el estante en la pared. Para estantes flotantes de mucho peso, por ejemplo en los que se colocan libros, se recomiendan sujetarlos con pernos, que son unas varillas que se fijan en la pared a rosca o con cemento.
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