Los espantapájaros han ganado últimamente mucha relevancia en historias de terror y espanto. Su aspecto rústico, muchas veces descuidado, y la similitud de su silueta con los seres humanos genera sombras y tenebrosas visiones con una adecuada iluminación.
Los pájaros no son los únicos que pueden ser asustados por este objeto. Adornado y elaborado con aspecto terrorífico, un espantapájaros puede ser un elemento muy estimulante para sorprender a los visitantes en épocas de Halloween.
Si la idea es crear uno auténtico y original, nada mejor que llevar adelante el proyecto en casa. Lo primero a conseguir es un palo, que puede ser uno común de escoba, pero es aún mejor si su superficie es plana y no redondeada.
Los palos que presentan grietas, deformidades y aspecto deteriorado en general son ideales para crear un ámbito mucho más misterioso y tenebroso. Para asegurar el muñeco, deben colocarse dos travesaños con la misma o similar madera, perforando en la parte inferior y superior del mástil y atornillándolos con tuercas.
La idea es que el travesaño superior sirva de referencia para la ubicación de la cabeza y el inferior de los pies. Es importante dejar libre desde el travesaño inferior hasta el extremo del mástil para que puede ser enterrado al menos unos treinta centímetros.
Solo resta seleccionar una vieja camisa, pantalones gastados y sucios, un viejo sombrero y crear un rostro perverso, sediento de sangre para este nuevo Halloween.
Para darle forma al cuerpo y la cabeza del muñeco pueden utilizarse pedazos de telgopor, un material resistente que puede ser decorado sin problemas, vienen en diferentes formas, inclusive redondas y grandes para la cabeza y es de bajo costo.
Los detalles de finalización del aspecto es a gusto de los moradores, recomendándose la inclusión de caretas en el caso de no poseer demasiadas condiciones artísticas y otros adornos relativos al horror como tridentes o armas blancas de utilería.