Espectaculares, increíbles e incomparables pueden ser consideradas las mundialmente conocidas esculturas botánicas. No solo los amantes de la jardinería son seducidos ante el encanto de los precisos trabajos de poda artística. La suave y precisa manipulación de las plantas y flores produce un asombroso resultado final.
Indudablemente, la integración entre las plantas naturales y el artesanal trabajo de grandes artistas reconocidos internacionalmente conmocionan el aspecto de espacios verdes en los cuales este tipo de trabajos son expuestos. Los jardines botánicos de Atlanta, por ejemplo, fueron sede en el año 2013 de una impresionante exposición, la que aún puede apreciarse en esa ciudad estadounidense.
Un total de veintiocho esculturas botánicas forma parte de ese gigantesco mundo natural. Algunas superan los veinte metros de altura, mientras que otras integran una gran variedad de especies para generar colores y texturas diferentes integrando una misma obra.
Algunas de las esculturas botánicas, sobre todo aquellas de gran tamaño, son creadas sobre una estructura de acero moldeado de acuerdo al diseño que el artista quiera mostrar. A diferencia de las clásicas podas que contemplan una sola planta, es en el caso de estas enormes creaciones en los que se utilizan distintas plantas para una misma escultura.
Si bien no son instalaciones imperceptibles en la fachada general de las esculturas botánicas, cada estructura está equipada con un sistema de irrigación de agua para mantener a las plantas hidratadas, dotándolas de una mejor salud y mayor durabilidad pese a formar parte de la expresión artística.
Originado por un grupo de artistas de Montreal, este tipo de arte hortícola está generando un gran interés a nivel mundial, siendo factible a corto plazo el acceso a capacitaciones y cursos para que pueda ser aplicado a nivel hogareño. Con más de quince años de existencia, esta agrupación creativa ha reunido a artistas variados provenientes de más de veinticinco países distintos.
