Lograr una exclusiva decoración para dormitorios vintage depende ineludiblemente de mantener un perfecto equilibrio entre los objetos pasados de moda y la funcionalidad real de la habitación.
Es en realidad una tarea mucho más compleja de lo que se cree. Igualmente, teniendo en cuenta algunos apuntes, es mucho más sencillo ejecutar las acciones tendientes a la modificación del aspecto de la habitación.
El primer paso es trabajar sobre las paredes existentes. Los colores a seleccionar deben ser clásicos y dar sensación de añejo. Beige, marrón claro, rosado en una tonalidad apagada e incluso algún violeta tenue son los más recomendados.
La idea es evitar colores más modernos, sobre todo con demasiado brillo o luminosidad. Éstos pueden aplicarse por medio de adornos o complementos como tapetes, alfombras o cortinas pero evitando siempre comprometer la idea original del vintage.
El empapelado, por otra parte, es una excelente alternativa para recubrir las paredes. Algunos patrones especiales con formas o gráficos pueden convertir la habitación una vez aplicados en hermosas muestras de buen gusto.
Las flores son por excelencia un símbolo de los dormitorios vintage. Un dedicado arreglo floral es una glamorosa representación de la era victoriana que le brindará calidez y delicadeza al ambiente. El secreto para que las flores surtan el efecto deseado es mantener ante todo la elegancia.
Los accesorios son los que completan la decoración de dormitorios vintage. Espejos con marcos dorados o marfil y algunas velas opacas colocadas en candelabros plateados o bañados en oro ayudan colectivamente a ambientar la habitación.
En relación a los adornos, la creatividad juega un papel primordial en el estilo vintage. Dependiendo del color elegido para pintar las paredes, deben ser seleccionados aquellos combinables y acordes con la idea general del dormitorio.
La ropa de cama es un factor que suele descuidarse, pero es en éstas donde patrones florales pueden destacarse por belleza e imaginación