La noticia referida a la llegada de un nuevo integrante a la familia es una hermosa bendición que colma los corazones y cada uno de los rincones de la vivienda con alegría.
Saber el sexo del pequeño por nacer, la preparación de los detalles y accesorios decorativos y otras cuestiones comienzan a tomar forma desde el momento de la confirmación de un nuevo miembro del hogar.
Los niños crecen y el dormitorio forma parte de trascendental en su desarrollo, ambientándolo de acuerdo a sus gustos y predilecciones. Pero, ¿qué ocurre cuando la familia se agranda y la vivienda es pequeña, con tan solo una única habitación para ocupar la función de dormitorio infantil?
Pese a parecer una empresa imposible de cumplir en realidad todo depende de coordinar adecuadamente los colores a aplicar en las paredes , delimitar claramente los espacios con muebles funcionales y, sobre todo, decorar con objetos neutros. Este último punto se acentúa aún más cuando los pequeños hermanos difieren en el sexo.
Los empapelados son muy importantes para lograr crear dos escenarios distintos en una misma habitación. Es el entorno que cada niño necesita para sentir pertenencia con su sector del cuarto, donde generalmente poseerá sus juguetes predilectos.
La ropa de cama determina otra manera de distinguir claramente las áreas dispuestas para cada hermano. Al igual que ésta, alfombras, cojines y el color seleccionado para la propia cama sirven notablemente para caracterizar definitivamente la personalidad de cada uno de los pequeños.
Aspectos mixtos como la literatura infantil son sumamente valorados para decorar este tipo de dormitorios combinados. Colocada en el centro de la pared de fondo, para no generar las clásicas disputas fraternales, una biblioteca de color llamativo y unisex como naranja, amarillo o verde es perfecta.
Nada es imposible cuando de decoración se trata. Simplemente es necesario un poco de imaginación, sentido común y determinación.