Evidentemente todas las personas que de manera profesional o amateur incursiona en el mundo de la decoración buscan para sus ambientaciones los mejores muebles, materiales y accesorios posibles; haciendo hincapié justamente en los detalles lujosos.
Como contrapartida, la falta de recursos económicos y el alto coste de los elementos de valor muchas veces aniquilan las aspiraciones de crear espacios que posean una importante ostentación de lujos.
El primer punto se centra en la adquisición de muebles, que como se ha afirmado en post anteriores suelen encontrarse en tiendas de antigüedades y son muchos los tesoros que han resurgido sin necesidad de inversiones sobrevaluadas.
En el caso de no satisfacer las necesidades de conseguir los muebles soñados, algunas réplicas están muy bien logradas y son vendidas a precios inferiores que otro tipo de productos similares, pero de menor categoría.
Aplicable no sólo a los muebles sino a los adornos en general, la contratación de artesanos que pueden realizar trabajos de calidad garantiza la originalidad de los productos finales, siendo únicos y por ende considerados detalles lujosos.
Dejando de lado la sala principal, la cocina es otro lugar excelente para distinguirse con detalles lujosos que potencian las condiciones estéticas de una vivienda. Más allá de los electrodomésticos, los gabinetes y griferías de cocina pueden transmitir lujo, siempre y cuando sean coherentemente distribuidos entre distintos elementos.
Pasando al dormitorio, es necesario afirmar que las sábanas, cortinas y ropa blanca en general son las que le aportan distinción y, de acuerdo a la calidad de las mismas. Igualmente, un coste bajo teniendo en cuenta que se logrará mayor lujo en comparativa con otras habitaciones.
La adquisición de reliquias y accesorios que reverencien lugares exóticos dentro de un marco de buen gusto son siempre propicios, generando pinceladas de grandeza. Candelabros, piezas de cristal y otros elementos son ideales para este fin.