En busca de motivos poco habituales y con temáticas exclusivas, es irresistible dedicar un post a una modalidad que apasiona a muchas personas y tiene un encanto muy particular como lo es decorar con mapas.
El sentido global de estos motivos le brinda elegancia, clase y un alto contenido cultural. Utilizados de diferentes maneras pueden aportar color para las habitaciones infantiles o, en el caso de decoraciones más sombrías, un hermoso efecto vintage con los que carecen de color y presentan una imagen añeja.
De acuerdo a las características de cada habitación puede optarse por enmarcarlos o sencillamente realizar una gigantografía y establecerlo como empapelado de una pared completa.
En el caso de las oficinas, su significancia global aporta la imagen de mayores alcances geográficos por parte de la empresa, independientemente de la cobertura real de la misma. En épocas actuales, es fundamental para cualquier emprendimiento proyectar intenciones de desarrollo a nivel internacional, y qué mejor que transmitir esa idea mediante una acertada decoración.
Para familias o personas que acostumbren viajar con frecuencia, un gran mural con un mapa internacional servirá como atractivo estético, además de poder realizarse en él un seguimiento mediante indicadores de los lugares que se han visitado y futuros destinos.
Pero los alcances al decorar con mapas no sólo se limita a las paredes. Algunos muebles antiguos ganan rápidamente un particular encanto pegando un mapa en el frente del mismo. Generalmente y de acuerdo a tamaños standards, los extraídos de viejos Atlas y libros escolares son los ideales.
Otras hermosas opciones para utilizar mapas en la decoración es encuadrar los mismos en un bonito marco y complementarlo con otros adornos en repisas y pequeños espacios que sean aptos.
Cubriendo las cabeceras de las camas se puede lograr un atractivo y colorido collage artesanal que prioriza la adhesión de láminas de tamaño habitual informalmente, sin respetar patrones específicos.