Al igual que una gran cantidad de aspectos que deben acoplarse a un nuevo estilo de vida, la decoración para recién casados es un tema que puede tornarse realmente complejo si no se establecen pautas claras. Obviamente, es necesario ceder en algunos casos, pero la idea es encontrar un perfecto equilibrio entre la masculinidad y el encanto de los detalles femeninos.
Los muebles, el eje temático de la decoración y otras tantas cuestiones surgidas al intentar ambientar cada una de las habitaciones son habituales inconvenientes que, con un poco de espíritu conciliatorio y algunos consejos en general puede simplificarse el proceso.
Respetar el estilo general del cónyuge es una muestra de amor y respeto. Sin embargo, la decoración para recién casados requiere de algo más que comprensión o sumisión hacia los gustos del otro miembro de la pareja. El concepto clave es establecido por la fusión de estilos deseados.
Es imposible pretender que un hombre se sienta cómodo en una casa colmada de detalles sutiles, pero también debe comprender que no puede considerarse la sala principal como una “cueva” de divertimentos para disfrutar con los amigos.
Aunque existe una abrumadora variedad de colores, al emprender una decoración para recién casados la tonalidad perfecta puede ser motivo de desacuerdos. Existen muchos catálogos y simuladores online que incluso con fotos propias de los ambientes simulan el aspecto de las mismas una vez aplicados los colores de interés.
Generalmente uno de los dos integrantes del matrimonio tiene mayor interés durante el proceso de lograr una decoración para recién casados. Una excelente manera es que esa persona investigue y presente opciones factibles a su pareja, filtrando de esta manera innumerable diversidad de diseños y estilos.
Particularmente en el caso de una decoración para recién casados es difícil sentirse completamente satisfechos con el aspecto de cada uno de los rincones de la vivienda, pero seguramente habrá espacios exclusivos donde cada miembro de la pareja encontrará el reflejo de su propio ser.