Tradicionalmente relacionados con las habitaciones de bebes o ambientaciones para bodas, los colores pastel han ido evolucionando con el paso de los años desde sus inicios en la decoración de interiores, allá por la década del cincuenta, hasta tiempos modernos con potencial suficiente para proyectarse hacia el futuro.
Actualmente son utilizados en espacios que intentan ser relajados y amenos, siendo bellamente combinables con tonalidades neutras. Ambientaciones conocidas como Shabby Chic son particularmente destacadas por medio de colores pastel.
La forma mas sencilla de involucrar colores pastel a una habitación es combinar los mismos con elementos de origen natural. La madera es obviamente la base de pisos, paneles, divisorios interiores y muebles en general. Las viviendas marítimas han adoptado el verde y azul pastel como algunos de sus predilectos alternándolos con blanco o colores claros.
Pintando las paredes de un color pastel amarillo, rosado o verde la uniformidad que se logra con los elementos fabricados en madera es indiscutible. Por dar un claro ejemplo, las tonalidades de la caoba, con sus oscuras manchas es ideal para este tipo de colores, al igual que los rosados indicios mostrados de la madera de cerezo.
Más allá de las tendencias, dos mitos deben ser dejados de lado para aprovechar las bondades de los colores pastel. Por un lado, se cree que son aptos únicamente para estilos determinados como los que incluyen vintage. Lamentablemente esta idea ha tomado mucha fuerza pero es un concepto totalmente erróneo.
La otra consideración que se ha vuelto casi una ley de la decoración es la falta de innovación en relación a los colores pastel disponibles. Sumados a los cinco o seis más reconocidos, es necesario incorporar y, por qué no, crear nuevas tonalidades mezclando diferentes colores como base.
Esta posibilidad de sumar a la lista de los habituales colores pastel otros matices distintos permite que los mismos sean mucho más integrables a estilos decorativos diferentes.
