Íntegramente vinculado a la realeza, el color púrpura a trascendido a través de los tiempos y actualmente es elegido por gran cantidad de decoradores al momento de decidir qué tonalidad aplicar a los ambientes.
Debido a su alto impacto visual es amado por algunas personas y realmente evitado por otras. La presencia de este color garantiza una reacción instantánea de estímulos y energía, siendo ideal para dormitorios y distintas habitaciones que requieren un plus para romper con la monotonía decorativa.
La importancia del color púrpura en épocas de antaño se debió al alto coste que significaba adquirir los tintes necesarios para generarlo, ya que inexorablemente era extraído de moluscos. Es por eso que se distinguió entre la clase aristocrática y el seno íntimo de la realeza de distintos países.
Por características propias, el color púrpura es excéntrico y depende de la combinación con otros colores para establecer qué intencionalidad se quiere lograr al aplicarlo tanto en paredes como en muebles y complementos en general.
La elegancia del color púrpura es verdaderamente difícil de igualar por su aspecto oscuro pero impactante. Combinado con otros colores estridentes puede ser fácilmente incorporado a ambientes modernos y con tendencia pop. Sin embargo, al aplicarlo en fondos blancos puede resultar armonioso y calmante.
En el específico caso de los dormitorios su encanto es indiscutible. Ropa de cama, cortinas y otros tantos apliques en color púrpura son sumamente seductores e invitan a un especial descanso. Como mencionamos con anterioridad, para que resulte relajante debe ser combinado especialmente con tonalidades claras y poco estridentes.
Algunas versiones pálidas de color púrpura son incomparables si la idea es vestir mediante el color una habitación femenina. Resultan ser suaves y sutiles formas de incorporar color sin saturar ni alterar la femeneidad del ambiente. Si la intención es darle un poco más de vida, el verde claro es un color que combina perfectamente con el púrpura.