Carente totalmente de popularidad en cuanto a su nombre, el Cobogó es un elemento muy utilizado fundamentalmente en la década del cuarenta, siendo Brasil su lugar de origen.
Por otra parte, han llegado a ser tan solicitados que seguramente la mayoría de las personas han visto en alguna oportunidad un edificio o vivienda particular que haya utilizado, en menor o mayor medida, bloques de Cobogó.
Creado en Recife en el año 1929 se trata de baldosas cuadradas que por medio de su composición y textura permiten el paso del aire y la luz, algo inusual para otro tipo de elementos utilizados para construcción.
Su nombre se originó de los apellidos de sus creadores, siendo los ingenieros Amadeus Oliveira Coimbra, Ernest Boeckman y Antonio de Gois los generadores de tan maravillosa innovación. Ideales para dividir ambientes interiores y sumamente resistentes para ser colocados en espacios al aire libre, los bloques de Cobogó son realmente muy decorativos.
Las sombras reflejadas por el paso de la luz a través de éstos son verdaderamente encantadoras y capaces de embellecer cualquier ambiente dentro del hogar. Con una interesante diversidad de modelos y tamaños, actualmente han vuelto a tomar auge en el mercado de la construcción, sobre todo en el país que los vio nacer.
Este producto prefabricado surgió originariamente para ser parte integral de los muros a edificar, pero con el paso del tiempo sus virtudes estéticas los ubican como una perfecta alternativa para sustituir la mampostería clásica.
Los formatos que pueden visualizarse son muy diversos. Simples líneas simétricas, referencias geométricas y hasta elaborados diseños artísticos son parte de una gran colección de patrones disponibles.
Sus características son completamente compatibles con estilos decorativos específicos tales como el romántico, contemporáneo y barroco, siendo capaces además de darle un efecto diferente a construcciones monótonas y con un aspecto arquitectónico poco atractivo.