Las chimeneas metálicas son ideales para espacios más reducidos, porque son pequeñas, visualmente ligeras y su instalación es rápida. Al realizarse en materiales metálicos, el rendimiento calórico es más rápido y mayor al de un módulo. En cambio, las chimeneas de obra son ideales para espacios más grandes, con diseños cúbicos empotrados y con tiro oculto que reducen el hogar a un hueco.
La chimenea ideal varía según la vivienda, las necesidades y su utilidad. Además, una combustión correcta es la condición fundamental para garantizar el confort, la seguridad, el ahorro y el impacto ambiental. Por ello, el buen asesoramiento de un profesional es vital.
Si se les incorpora un recuperador de calor, la chimenea se convierte en un foco de calor limpio, seguro y de alto rendimiento. Para el mantenimiento de todas las chimeneas de leña, se aconseja una revisión y una limpieza del tiro anuales.
Ventajas de las chimeneas metálicas
Las chimeneas metálicas te permiten disfrutar de la calidez de las llamas sin necesidad de obras, solo necesitas tener preinstalación de conductos de salida de humos al exterior. Están indicadas para espacios de entre 40 y 100 m2 y disponen de un revestimiento metálico, en acero o acero combinado con hierro fundido, muy duradero.
Una de las principales ventajas de las chimeneas metálicas es que te ofrecen un alto poder calorífico a bajo precio ya que funcionan con leña de poda y briquetas. Los gases que genera madera, además, son menos contaminantes que los producidos por combustibles fósiles como el petróleo. Podemos resumir en cinco las principales ventajas de las chimeneas metálicas:
Alto rendimiento. Entre un 70 y un 77% del calor generado, muy superior al de las chimeneas de obra. Gracias al metal calientan la estancia muy rápidamente y siguen irradiando calor incluso después de dejar de echar troncos al fuego.
Sin necesidad de obras. Basta con contar con una salida de humos al exterior de 10 cm de diámetro. Tienen una campana que recubre el tubo de salida de humos.
Para todos los estilos. Se adaptan a la decoración de cualquier hogar ya que podemos encontrarlas en una gran variedad de diseños y formas. La amplia visión del fuego (algunos modelos cuentan con cristal en varias de sus caras) multiplica el poder decorativo de las llamas.
Resistencia y durabilidad. El revestimiento metálico ofrece una gran resistencia al desgaste y a la corrosión de las llamas.
Puedes colocarla donde quieras: en medio de la estancia, en un rincón o adosada a la pared. Algunos modelos cuentan con campanas regulables para ajustarse a la altura del espacio.
Puerta cerrada, alto rendimiento
Una de las características clave del alto rendimiento de las chimeneas metálicas con respecto a las de obra es el “fuego cerrado”. Las llamas se alojan en un receptáculo cerrado lo que aumenta no solo el rendimiento sino también la seguridad. El fuego abierto requiere 300 m3 de aire cada hora mientas que el fuego cerrado solo necesita 30 m3. La regulación en la aportación de aire permite regular la combustión de la leña.
Este sistema motiva que la chimenea metálica emita calor por radiación pero también por convección. El primero propaga radiación por el cristal de la puerta hasta que algún material lo absorbe. Como resultado el material se calienta, de ahí que se aconseje dejar un espacio mínimo de 30 – 40 cm entre la chimenea y cualquier elemento combustible como paredes, cortinas o alfombras. Por su parte, la convección eleva el aire caliente hasta que se expande y lo reparte hasta las partes más alejadas de la estancia.
Antes de elegir chimeneas metálicas
Debemos tener en cuenta varias consideraciones antes de elegir una chimenea metálica:
– Tamaño y lugar de la habitación. El volumen de la habitación a calentar (largo x alto x ancho) y la zona geográfica en la que se encuentre la vivienda determinará la potencia que necesitamos para caldear el espacio.
– Normativa municipal: Aunque este tipo de chimeneas requieren una obra civil mínima, ya que solo necesitan un pequeño hueco en losa o pared para la salida del tubo de humos, debemos consultar en nuestro Ayuntamiento las ordenanzas municipales sobre las emisiones de gases y sobre la altura y ubicación de los conductos de evacuación de humos para las chimeneas.
– Medidas: Mide el hueco donde deseas instalarla para más tarde, elegir el diseño y el tamaño más adecuados.
Calcula la potencia
Uno de los aspectos esenciales para acertar en la elección es escoger una chimenea que se ajuste a nuestro espacio y nos dé la potencia necesaria para conseguir un ambiente cálido y un rendimiento óptimo. Un cálculo en el que interviene el volumen de la habitación, el grado aislamiento de la vivienda y la zona geográfica en la que se encuentre.
Limpieza de las chimeneas metálicas
La limpieza regular alarga la vida útil de la chimenea y garantiza su correcto funcionamiento. La periodicidad de la limpieza depende del uso (uso esporádico o frecuente) y del tipo de leña utilizada ya que el pino, por ejemplo, deja más residuos que la encina o el olivo.
En términos generales se recomienda vaciar la ceniza del interior de la zona de quemado de la chimenea cada dos cargas de combustible. Limpia también el cristal de forma regular. Para el exterior utiliza un paño seco y nunca productos abrasivos. Para eliminar las posibles incrustaciones de ceniza en el vidrio debes esperar a que el cristal esté frío y limpiarlo con un desengrasante específico con base de amoníaco.
La limpieza del tubo de evacuación de humos se debe realizar, al menos, una vez al año (deshollinado). Esta tarea se puede hacer de dos formas combinables:
– Deshollinado químico: con productos que se queman en el interior de la estufa y limpian los tubos de salida de humos.
– Deshollinado mecánico: mediante limpiadores que se introducen en el tubo de humos y permiten eliminar la ceniza o restos pegados en el interior del tubo.
Cuando termine la temporada tapa el conducto con una bola de papel y limpia el interior en profundidad.
Info: Leroymerlin.es Imágenes: Rocal.es