Las cenefas de cortinados son esos prácticos apliques, comúnmente en tela, que se agregan con el objetivo de cubrir los barrales y darle además un aspecto diferente al espacio. Su colocación trae aparejado un automático cambio de la escena, siendo una rápida forma de renovar ambientes aburridos o que precisan de algunos detalles para realzar su encanto.
El cambio de cortinas es a menudo suficiente para renovar la imagen de una ventana. Sin embargo, las cenefas son algo diferente, aún más influyentes en la decoración general de un ambiente por el hecho de poder elaborarlas con distintos tipos de tela, patrones y formas. El secreto radica en encontrar cuál es el modelo perfecto para cada espacio.
Tal vez el punto más difícil al intentar seleccionar una cenefa es que la misma combine con el estilo de la habitación. Recomendadas para decoraciones con un enfoque Chic, victoriano o romántico, las cenefas pueden igualmente integrarse a otras temáticas, pero el riesgo de una discordancia con el ambiente en general es bastante alto.
Al evaluar las características de las cenefas más adecuadas, es necesario establecer tres factores preponderantes. Tamaño, forma y textura. Obviamente, el tamaño estará sujeto a la cortina que esté instalada previamente. Simplemente la idea es cubrir el ancho total del barral, dejando una caída oscilante entre cuarenta y ciento cincuenta centímetros dependiendo de la longitud total de la cortina.
Más allá de lo planteado con anterioridad, los patrones elegidos son también determinantes para crear una imagen de buen gusto o incurrir negativamente en agregados estéticos de baja calidad. Los florales, por ejemplo, siempre serán bien aceptados en habitaciones Chic o románticas, no así en otro tipo de estilos.
El hecho de poder quitar o cambiar las cenefas con facilidad aumentan el valor de las mismas, siendo muchas veces utilizadas de acuerdo a la temporada del año o fiestas especiales tales como la Navidad; para la que generalmente se colocan cenefas relacionadas a la tradicional celebración.
