Las flores son sinónimo de vida, color y frescura. En diferentes épocas del año, como muestras de afecto, romanticismo o simplemente ofrendas con diversos fines son una constante entre los predilectos presentes a ofrecer.
Pero, ¿qué ocurre cuando las flores escasean y los floreros están transitoriamente vacíos? ¿O en aquellos casos en que forman parte del regalo y la acumulación de los mismos comienza a ser en demasía?