Pocas personas tienen la suerte de tener una casa ubicada en cercanías de la playa. Lo cierto es que su belleza, tranquilidad y armonía reinante suelen ser habituales, rodeadas de espacios naturales.
Esta integración total con la naturaleza y el medio ambiente permite liberarse de tensiones y concretar un completo retiro temporal de las obligaciones cotidianas.
Para que el gozo de pasar algunas horas o días en una casa de playa sea una experiencia realmente perfecta, la ambientación de los espacios a través de elementos decorativos seleccionados es muy importante. Suele vincularse a la decoración de las casas de playa con motivos vacacionales, obviamente por su estrecha relación.
Motivos inherentes al ámbito que rodea a una casa ubicada en la playa son los más acertados porque reviven escenarios comunes y prolongan la experiencia de sentirse de vacaciones incluso durante el descanso u otras actividades que se desarrolles en el interior de la misma.
Redes de pesca dispuestas elegantemente, caracoles, conchas marinas y objetos alusivos a los peces son los clásicos adornos. Pueden sumársele a este selecto grupo los salvavidas, increíblemente embellecedores por sus llamativos colores fluor, naranjas o rojos.
La simplicidad de la madera combina perfectamente con este ámbito. Su efecto rústico concuerda armoniosamente con colores habituales para pintar los ambientes playeros como el azul claro, amarillo o blanco.
Las telas de las cortinas deben otorgar frescura. Es por eso recomendable utilizar cortinas de lino, ya que además de su rústica belleza son muy resistentes a los posibles efectos destructivos del agua salada.
La iluminación de una casa de playa debe depender, durante el día, de la luz brindada por el sol. Generalmente las construcciones son diseñadas con grandes ventanales que permiten disfrutar de una claridad natural incomparable.
A diferencia de otros espacios, la casa de playa intenta transmitir calidez, por lo que luces amarillas son ideales para generar una correcta ambientación.