Relacionados principalmente con espacios al aire libre, plazas e incluso jardines familiares, los bancos han ganado paulatinamente espacio en el interior de las viviendas.
Su belleza y diversidad le han otorgado un lugar privilegiado en ámbito de la decoración de interiores siendo piezas indiscutibles en algunos estilos específicos.
La apariencia de los espacios cerrados es positivamente decorada con estos muebles. Muchos estilos y diversos materiales se encuentran disponibles. Madera, plástico reforzado e incluso hierro son los más utilizados.
El barnizado de las maderas le da un brillo especial, sobresaliendo estéticamente por encima del plástico, con tendencia a mancharse y marcarse. Por otra parte, el hierro forjado permite, al igual que la madera, diseños arriesgados y la posibilidad de ser pintados a gusto.
La funcionalidad de los bancos de interior ha aumentado en base a una mayor utilización del mueble, dejando de ser solo un elemento para descansar. Algunos tienen la facultad de contar con un habitáculo destinado al almacenamiento de objetos; generalmente ubicado a manera de baulera debajo del asiento.
Esta practicidad le proporciona a los bancos para interiores una clara ventaja en relación a otros asientos. Para mayor comodidad pueden adherirse cojines, los que le agregarán mayor atractivo visual.
Algunos modelos incorporan respaldares con espejos, percheros y otras utilidades combinables con el estilo del banco. El respaldo es optativo, siendo tal vez más elegantes los pequeños bancos de madera, tapizados delicadamente para darle glamour al ambiente.
Dependiendo de las características particulares de cada uno, los bancos de interior son utilizables en cualquier ambiente. En dormitorios, salas principales y vestíbulos son recomendados los carentes de respaldo por ser más pequeños y poder ubicarse en cualquier espacio.
Las patas talladas, el tapizado seleccionado y los colores elegidos para personalizarlos son condicionantes finales para la estética general de este tipo de mueble.
